


Nuestros niños y niñas del primer septenio inician su proceso formativo desde lo lúdico. Es el movimiento con la alegría de la lúdica que irriga todo el cuerpo y que provoca un crecimiento desde el interior. De esta forma, el juego es un estímulo fundamental del sujeto en acción.
La lúdica genera expectativas, interés y motivación por el aprendizaje y provoca en los educandos deseos y pasiones, no sólo por aprender, sino también por disfrutar de lo aprendido.




